Poco s
disidentes del castrismo son capaces de transmitir en tan escasos minutos
—fueron más de veinte, pero me supieron a cinco —
tal cantidad de vivencias y sensaciones co mo
lo hizo Yoani Sánchez en la Casa de América la semana pasada. Pero eso no es
raro en ella. No en vano dice de sí misma y de sus co mpañeros
que no son «periodistas de carre ra,
sino periodistas a la carre ra»,
y eso, si tenemos en cuenta la idiosincrasia de los cubanos, tiene mucho
mérito.
En una entre vista
cargada de co mplicidad, la
periodista habitual se trastocaba en protagonista, y el habitual protagonista de
los re portajes, pre mio Nobel y genio de la literatura, entre otras muchas co sas,
Mario Vargas Llosa, hacía de periodista curioso —y algo embaucador, porque seguro
que ya se sabía las re spuestas a su
cuestionario. Llosa bordaba así el papel de un digno actor secundario, dándole pie
a la cubana, para que esta nos pusiera al día, co n
su tono amable pero co ntundente y
ágil, sobre la vida, o co mo se quiera llamar lo que se lleva en la isla
caribeña.
La autora del blog Generación Y —que le
sirvió para darla a co nocer en todo
el mundo—, ironizó sobre la
manipulación que los Castro hacen del lenguaje, llamando «trabajadore s disponibles» a los desempleados. La palabra
«re formas», dice
Yoani, le queda muy grande a lo que está sucediendo últimamente en la isla, cambios
co smético s
que, añado yo, esgrimen muchos Estados de la UE para justificar el debilitamiento
y muerte de la Posición co mún, pero
esto lo dejaré para otra ocasión.
Los Castro están aplicando la «solución del timbiriche»,
algo así co mo del chiringuito, o
pequeño kiosko familiar, cuya co ncesión
y solidez co mercial dependen mucho
de la afinidad al régimen del titular, co mo
me explicó hace poco Carlos Payá, hermano
de Oswaldo —por cierto, su muerte, junto co n
la de Harold Cepero, sigue sin investigarse con seriedad ahora que se cumplen dos años de producirse, en julio de 2012.
Yoani diagnosticó, sin embargo, que lo que re almente necesita el «enfermo cubano» no se
arre gla co n
una «tienda de pizzas, a modo de aspirina, sino co n
un desfibrilador para el co razón eco nómico
de la nación».
Para la activista, en Cubare sulta
imposible asociarse por afinidades de ningún tipo, «ni políticas, ni eco nómicas, ni amatorias», a pesar de que la re pre sión
de Fidel, de grandes titulare s, más
mediática, haya dado paso al estilo de Raúl, más sutil, co n
detenciones co ntinuas pero bre ves, «que no dejan pruebas para pre sentar» en un improbable juicio.
Para la activista, en Cuba
Don Mario cambió de tercio para pre guntarle a la periodista cómo se percibe el prolongado
apoyo del régimen venezolano y su petróleo a la dictadura castrista, y si la
gente teme que se co rte este grifo
benefactor.
Yoani Sánchez con el autor de este blog, en febrero de 2014 |
Además de afirmar que ese apoyo ha podido prolongar más de 10 años la vida a la
dictadura, Yoani dividió el sentir de la calle en dos grupos: los que temen la catástrofe
de la posible ausencia de Venezuela, y los que, co mo
ella, piensan que si el subsidio termina, Raúl Castro tendrá que acelerar el
ritmo de las re formas. De nuevo usó
la ironía para decirnos que «lo bueno que tiene esto es lo malo que se está
poniendo».
Continuaba
la entre vista y todos teníamos ganas
de que esto durase mucho, que no parase de hablar y co ntar
co sas. Era una sensación similar a
la que se produce cuando te encuentras co n
ese amigo al que no ves desde hace tiempo y se aturulla co ntándote
co sas y más co sas,
y saltando de unas a otras casi atropelladamente.
Pero Yoani no se atropella, aunque hable muy
seguido. Lo tiene muy claro, y nos re lata
su última obsesión: cómo «14ymedio», su proyecto periodístico más ambicioso hasta ahora, solo les deja dormir 4
horas cada día desde hace dos meses y pico ,
pero que ya anda co n buen paso, co ntra el pronóstico
totalmente pesimista de Vargas Llosa cuando Yoani se lo co ntó
por primera vez. Y para fastidio del régimen, que no ha podido sacudírselo de
encima aún, porque el cibere spacio
aún es co mplicado de censurar.
«Trabajamos offline para un medio online»,
simplificó la activista, mientras re lataba
el plan de trabajo del equipo de periodistas —y peluqueros, estom atólogos y filólogos—, que pre para
el co ntenido sin co nexión en un programa que simula la publicación re al en la Web. Después, lo llevan todo empaquetado a
algún hotel desde donde se co nectan
para subir todo a la re d.
La entre vista
se acercaba a su final, se echaba encima la hora de co mer,
pero esa frivolidad no venía a cuento. Llosa le pre guntó
por la vida diaria, la re pre sión, las sensaciones de vivir en una dictadura co mo la cubana.
Rosa Díez escucha el diálogo entre Vargas Llosa y Yoani |
Yoani no necesitaba muchos minutos para re sumir su vida co tidiana,
en co nstante estado de vigilancia por
parte del régimen. En su piso decimocuarto —origen del nom bre del periódico —
dice hablar abiertamente, porque no oculta nada, pues firma co n su nom bre y apellidos todo lo que dice y escribe, pero le pre ocupa «meter en problemas a la familia», o
lo que llama la «satanización social, el fusilamiento mediático », co n
efectos muy lamentables co mo el
alejamiento de los amigos o el temor a ser vistos cerca de ella.
Para co mpensar,
hay gente que la re co noce por la calle, y le guiña un ojo, o le hace
algún gesto de simpatía. Com o el
caso de la niña de nueve años, cuenta, que la re co noció mientras esperaba en una co la, actividad totalmente normal en la isla: «la
chiquilla estaba nerviosa, tocó a su madre ,
señaló discre tamente hacia donde
estaba yo, y le explicó quién era haciendo el gesto de teclear co n las manitas».
En su última pre gunta,
el escritor pre guntó a Yoani cómo
podíamos ayudar en esta lucha a los disidentes, ¿es bueno el embargo, el turismo?
¿qué esperan de nosotros?
Sin rodeos, a su estilo, Yoani sintetizó en pocas
frases que lo importante es no mirar hacia otro lado, hay que denunciar las
injusticias siempre que se pueda y mentalizarse
de que el problema de Cuba está dentro de Cuba. Lo de apoyar o no el embargo,
el turismo, la postura de la Casa Blanca, etc., según ella, es poner el problema en brazos de
otro, e insiste en que el epicentro de la discusión debe llevarse a Cuba. Asimismo,
es fundamental participar en foros co mo
este, cada vez que hay ocasión, no solo por hablar, «por tener micrófonos a
nuestra disposición, sino porque en estos debates también apre ndemos de vuestros errore s,
para evitarlos».
Todo esto dio de sí el encuentro, y más. Aún
tuvo tiempo Yoani de re co rdarnos la importancia que la tecnología ha tenido
en su trayectoria, para co ntar lo
que piensa. Nos dijo que también puede ser una buena forma de colaborar con la causa: «si
van a Cuba, no les cuesta nada echar una laptop o una memoria flash a la
maleta, que también serán de gran ayuda».
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